Se avecina el día de festejar a los que se nos adelantaron pero como lo festejas tu Halloween o día de todos los santos veamos sus orígenes de cada uno y asi decidir nuestro festejo:
El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el "señor de la muerte", o "Samagin", a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otros.
Halloween
Halloween
significa "All hallow's eve", palabra que proviene del inglés
antiguo, y que significa "víspera de todos los santos", ya que se
refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos.
Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido
religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los
fantasmas. Halloween marca un triste retorno al antiguo paganismo, tendencia
que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.
La
celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de
Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los
druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble.
Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro
individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo
hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer
provisión para ella.
El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el "señor de la muerte", o "Samagin", a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otros.
Dia de muertos
Según la creencia de
la civilización mexicana antigua, cuando el individuo muere su espíritu
continúa viviendo en Mictlán, lugar de residencia de las almas que han dejado
la vida terrenal. Dioses benevolentes crearon este recinto ideal que nada tiene
de tenebroso y es más bien tranquilo y agradable, donde las almas reposan
plácidamente hasta el día, designado por la costumbre, en que retornan a sus
antiguos hogares para visitar a sus parientes. Aunque durante esa visita no se
ven entre sí, mutuamente ellos se sienten.
El calendario ritual
señala dos ocasiones para la llegada de los muertos. Cada una de ellas es una
fiesta de alegría y evocación. Llanto o dolor no existen, pues no es motivo de
tristeza la visita cordial de los difuntos. La exagerada hospitalidad de los
mexicanos es proverbial. Ésta se manifiesta a la menor provocación, aún más si
los visitantes son sus parientes ya fallecidos. Hay que
deleitarlos y
dejarlos satisfechos con todo aquello que es de su mayor agrado y asombro: la
comida.
Desde remotas épocas
hasta la actualidad, el “banquete mortuorio”, resplandece en todas las moradas
nacionales, desde los humildes jacales o casas rústicas, hasta los palacios y
mansiones.
La comida ritual se
efectúa en un ambiente regiamente aderezado en el que vivos y muertos se hacen
compañía.
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